martes, 23 de diciembre de 2008

El ser humano y su preciado culo

Hoy la he flipado una vez más con los límites de egoismo que puede alcanzar el ser humano.

Yo he ido como cada día hacia mi boca de metro para emprender el viaje hacia mi trabajo, está claro que no es el mejor viaje de toda mi vida :-) Pero yo iba feliz, hasta que una persona decidió que mis pertenencias deberían ser suyas. Por alguna extraña razón compartimos el mismo vagón y sutilmente esta "persona" abrió mi bolso para apropiarse de lo que le pareciese oportuno. Yo sentía pequeños movimientos, pero no quería pensar mal, no quería tener la reacción típica ante un extranjero de aspecto y gestos extraños. Pero para variar pequé de buena y casi me cuesta mi cartera... Que existe gente así lo tengo claro, lo más triste ha sido la falta de actuación de otra persona que compartía "nuestro momento".

Estaba sentada frente a mí y sólo reaccionó cuando yo me giré bruscamente a cerrar mi bolso al notar un tirón. Pero su reacción no fué de sorpresa ni mucho menos! sólo me miró y me hizo el típico gesto de "si es q se estaba viendo...". Y mi primer pensamiento fué: si lo estás viendo, cómo eres capaz de no hacer nada??? No lo entiendo, pero sé cuál es la razón: "el ser humano tiende a cuidar sólo su preciado culo".

4 comentarios:

  1. las grandes ciudades tienen muchas ventajas y muchas desventajas, ésta es una de ellas, aquí hay que andar más alerta de lo acostumbrado...
    y por supuesto el contar con la ayuda de los demás es cuando menos improbable..

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  2. Sigo creyendo que existe en mí y siempre espero que en los demás también la confianza, esperanza que se tiene de alguien o de algo y la seguridad que alguien tiene en sí mismo. Aunque a veces se resquebraje... Besitos, S.S.D.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Bueno, al menos no todo el mundo es igual. Seguiremos intentando que la cosa cambie... :-)

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