Érase una vez
un pequeño malabar,
todos decían de él
que no podría volar.
Él saltaba y trepaba
hasta notar sus piernas flojear,
más nunca se derrumbaba
para dejar la vida pasar.
Cada día alimentaba
su alegría y su bondad,
cada día se libraba
del miedo a lo terrenal.
Muchos años han pasando
desde el día en que te ví llegar,
muchos sueños has encontrado,
muchos te quedan por disfrutar.
Fuiste andando por senderos,
por el bien y por el mal,
convertiste tu persona
en sustancia sin igual.
Y pasados muchos años
conseguiste el vuelo alzar,
que nadie te pare, hermano,
nunca dejes de volar.
Silencios y abismos
Hace 6 años
Quiero compartir contigo mis sueños,
ResponderEliminarmi vuelo, mi sonrisa, mi abrazo...
Quiero compartir contigo mi viaje,
que comenzo entre llantos y confución y
ahora puede ver con claridad el camino...
Como tu dices nunca dejaré de volar,
gracias por compartir tu sueños y
dejarme volar a tu lado.
Un saludo
Gianni