no sé cuánto podré seguir
creyendo en tí, con desengaños,
manteniendo la llama de mi vivir.
Cada día creo levantarme
sonriendo sólo por 'ello',
pero las bofetadas hacen mella
y las lágrimas se vuelven acero.
Qué me espera entre tanta tormenta
cómo podré dejarte ir,
creo que nunca, no sería honesta
y todos mis sueños morirían en ti.

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