Han pasado dos días disfrutando en el pequeño pueblo de Chauen. El camino desde Tetuán fue una sucesión de carreteras serpenteantes atravesando el Riff que acabaron con mi estómago un poco inestable...
El paisaje en esta zona suele estar formado por colinas a ambos lados de la carretera adornadas por baja vegetación y algún grupo de árboles de vez en cuando.
Chauen lo describiría como un pueblito lindo de paredes blancas y azules con puertas también azules de un tono tal que a veces parece la ciudad de hielo.
Este pueblo sin tanta cultura de porros está claro que ganaría bastante ya que la gente se enteraría de cuando le hablas...jejje No, fuera coñas, seguro que fuera de los meses vacacionales es un lugar mucho más tranquilo y en la pequeña medina no te sentirás tan acosado por los comerciantes.
Aún así, pudimos encontrar nuestro rincón zen en una zona de río donde pudimos disfrutar de paz y frescor, acompañados en el anochecer por unas terrazas en las que disfrutar de una buena bebida a precio muy rentable (6 DH).
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