Llegamos al aeropuerto de Tánger donde nos recibieron con un té y con un dulce del lugar, acompañados de una gran sonrisa y un "Bienvenue".
Aquí tuvimos el primer encuentro con los "maravillosos" grand-taxi. Primer intento de estafa cuando nos pidieron 400 DH por llevarnos a Tetuán, cuando en nuestra guía (desfasada sólo 2 años) hablaban de 40DH. Finalmente petit-taxi(los d ciudad) para llegar al centro de Tánger por 100DH... esto parece Madrid! jeje Para hacerse una idea, el bus que cogimos de Tánger a Tetuán nos salió por 30DH los dos... menuda diferencia! ahí empezamos a encariñarnos de los autobuses. Para el que no sepa mucho de dirhams (DH) el cambio está más o menos a 1€=10DH.
Paseo por carretera por tierra desértica donde ya podían verse banderas del país cada poco tiempo. Eso y la cara del rey es lo más visto en la estancia...
La llegada a Tetuán comenzó con una caminata al sol para llegar al hostal que habíamos echado el ojo. Como no, no hicimos el camino más rápido ni mucho menos, sino que nos metimos por las callejuelas laberínticas y empinadas del barrio judío, la Mell-ha.
Una vez duchados y descargados nos fuimos a descubrir la locura de la Medina (centro de las ciudades, como el casco antiguo) en la noche: un mercado acelerado lleno de la gente del lugar que parecían realizar sus compras diarias a horas poco comunes para nosotros (10 pm aprox). Esta noche ya pudimos descubrir el magnífico té verde a la hierbabuena que espero nos acompañe durante todo el viaje.
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