martes, 19 de enero de 2010

Latidos

Nunca dejarás de sorprenderme
por muchas veces que estés aquí,
mi confianza en ti va y viene
pero tu revés siempre está ahí.

Cuanto más decido esconderme
cuanto más me alejo de ti
decides mostrarme esos ojos
que no se alejarán de mí.

Ese caballero andante
que se cruza en tu camino,
muchas veces un rostro extraño,
en ocasiones un duende amigo.

Aunque tiempo atrás se hallaron
tu trayecto y mi camino,
nunca sabes cuando pueden
trastocarse nuestros sinos.

Sólo espero conocerte
más allá de ese disfraz
tiempo sobra, prisa ausente,
nunca chafaré el pedal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario