hoy mis ojos lloran
por no saber que pasará,
por pensar que sufres por dentro
donde yo ya no puedo llegar.
hay días en los que no pienso,
la ignorancia a veces es un don,
me centro en las cosas pequeñas
para no recordar tu olor.
ese olor fresco e inocente,
maduro y aniñado a su vez,
exótico, lejano, desconocido
pero tan entrañable a mi ser.
los fantasmas siempre vuelven
alimentados por el subconsciente
y la razón se deja pisar
ansiosa por el maná incipiente.
pero aquí seguiré danzando
al son de mi propia melodía
y volveremos a vernos, sin duda,
en esta o cualquier otra vida.
Silencios y abismos
Hace 6 años
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