martes, 3 de enero de 2012

Luz en la oscuridad


Situación: una parada de autobús, no hay nadie. Llego y me siento a esperar. Lo normal es que se me haga largo ya que el bus acaba de irse poco antes de q yo llegara.

De repente se acerca otra persona, una mujer de unos cuarenta y tantos q se acerca a la marquesina y pulsa un botón. Entonces una voz surge para informar de los próximos autobuses. En mi cabeza sólo había una pregunta: ¿desde cuándo existe ese botón?? Obviamente mi cara demostraría mi incertidumbre y la mujer se dio cuenta. Me sonrió y entonces me dio pie a preguntarla.

Así empezó nuestra conversación, en ningún momento llegué a pensar que esa mujer me pondría la piel de gallina, que compartiríamos un rato tan agradable de recorrido de autobús.
Estuvimos charlando un rato en la parada, antes de subir ya sabía que esta mujer no tenía una situación del todo fácil. En su cara podía verse que estaba más avejentada de lo normal, a pesar de que su sonrisa constante intentase ocultarlo.

Como si nada empezamos a hablar de nuestra vida, más bien empezó a contarme su historia. Poco a poco se fue abriendo a mí. Empezamos con tomas políticos que son fáciles que surjan: los problemas que están y que se vienen en Madrid. Y d ahí todo fue cogiendo un tono mucho más personal. Por encima me contaba que se había quedado sin trabajo hacía un tiempo. En cuanto empezó a hablar del tema pude ver que sus ojos se humedecían, no era fácil. Por problemas médicos la habían prohibido trabajar, y a cambio la daban la gran compensación de unos 315€. Si 315€ al mes para vivir en Madrid. Cualquier persona que viva aquí sabrá que con ese dinero es imposible vivir. Imaginemos la situación.

Y a pesar de todo esto, su relato siempre vuelve a estar acompañado de una sonrisa, siempre tiene un pero al final de cada frase que, en contra de lo habitual, no indica algo malo. Es un “pero sigo viendo lo bueno”, “pero sé que hay gente que está peor”, “pero disfruto y doy gracias”. Ahí fue cuando se me rompió el alma.
Sigo sin entender la situación, como una persona se puede ver tan desamparada. Me empiezo a preguntar cuál sería su trabajo, si es que nunca fue demasiado estable, si no cotizaba, no sé. Pero no, me cuenta que es economista, si, de las que llevan las cuentas de una empresa. Toda su vida la dedicó a trabajar como una mula, clase obrera como la mayoría de nosotros, tuvo la suerte de que recibió una educación que la permitió acceder a un buen puesto. Al menos eso creía. Hasta hace poco era una de esas personas que me encuentro cada día en el metro cuando voy a trabajar. Como yo, estaba todos los días a las 7:30 en el metro, ella iba a darlo todo en un trabajo que se suponía la recompensaría. Y en un tortazo del destino, cuando la salud la abandona, todos esos años cotizados sirven para que la recompensen con esos 315€.

No sabía cómo reaccionar, no sabía que decir. Sólo quería que sintiera mi cariño, mi calor, porque en ese momento sólo estábamos ella y yo. Ella iba a casa de su madre, a cenar y a dormir. Ha tenido que volver a vivir con ella después de muchos años. Como ella bien decía, tiene suerte de que sus padres estén vivos, sino se habría quedado en la calle. Porque de esta manera, aunque la situación sea dura, tiene el apoyo de dos personas muy importantes en la vida, y esas personas pueden darla la energía para seguir luchando. Ella lo sabía, de no tenerlos, quién sabe cuánto tiempo la separaría de cualquier calle de Madrid donde tantas personas se ven ya.

Y no dejaba de dar las gracias por todo lo que tenía.. y yo no podía salir de mi asombro.. cómo una persona a la q putean tanto puede seguir siendo tan optimista?? Ella sigue creyendo en las personas, sigue creyendo en el cambio del mundo hacia algo más humano, cuidar del de al lado, no pasar indiferente ante nada.
Entonces llega su para, se despide de mi con un abrazo,  dos cálidos besos y deseándome suerte. Desde el otro lado del cristal me saluda con una sonrisa.


Gracias de todo corazón, mi Desconocida.

2 comentarios:

  1. Pobre mujer, que injusticia. Lee el artículo siguiente, me parece muy claro,
    http://www.independent.co.uk/news/business/comment/brian-basham-beware-corporate-psychopaths--they-are-still-occupying-positions-of-power-6282502.html
    y como dice:
    "In an unregulated world, the least-principled people rise to the top." And there are none who are less principled than corporate psychopaths.
    La gente con menos principios lo tiene mucho mejor en un mundo no regulado como el nuestro, y la gente con más principios, trabajadora y honrada acaba bajo las ruedas de la locomotora.... triste, profundamente triste.
    Me uno al abrazo,.. a las dos.

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  2. la verdad.... q cierto, algunos se pueden ver cada día en toda empresa, seguro. Habrá q ir desplazándolos.
    gracias :)

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