martes, 15 de enero de 2013

אמא


A veces me pregunto por qué no tuve otro tipo de relación contigo.
Amor no faltaba,siempre te he querido,y te respeto.

Por alguna razón desde que dejé de ser niña te dejé de sentir a mi lado. Todo empezó a molestarte,nunca creí que me entendieras o que intentaras hacerlo. Era distinta a ti y no te gustaba,siempre creí que no cumplía tus expectativas. Tantas veces te escuché decir que ojalá fuese un poco menos ‘tal’ y un poco más ‘pascual’, que estuviese dentro de la media por decirlo de alguna forma. Y sólo era el inicio de mi forma de ser.

No tiene que ser fácil para un padre no entender lo que hace su hijo, pero peor es si el hijo se rechaza a sí mismo. No me quiero ir por las ramas... El caso es que eso no duele demasiado cuando eres joven, pero cuando vas creciendo te planteas si eso te hace feliz, y yo lo tuve claro:quería un cambio.

Siempre supe que estabas orgullosa de mí, el resto sólo eran pensamientos superficiales, pero no podíamos comunicarnos.

Y costó, sudor y lágrimas, pero gracias al mutuo esfuerzo lo conseguimos, todo cambió. No sé muy bien en que momento se produjo, pero de repente sentí ganas de contarte mis cosas, de compartir contigo lo que me iba pasando. Empezaste a saborear momentos buenos y malos,muchas situaciones nuevas que enfrentar. Todo lo que siempre me pediste de repente se iba dando,pero no conocíamos las herramientas, creo que no te resultó tan fácil como pensabas. Pero seguiste ahí, tirando hacia adelante, y tu apoyo se hizo indispensable para mí.

Ya no hubo trabas, sabía que te podía hablar de lo que fuera, que ya conocías mi forma de decir las cosas. La complicidad iba creciendo, y nunca ha parado. Trabajaste mucho para llegar a mí, y hoy día sigo sintiendo que nos acercamos más y más. Ahora que estas lejos te hecho de menos, extraño no verte danzar de un lado a otro con tu ritmo acelerado. Porque eres pura energía,alegría.. será por eso que es ahora cuando me planteo si perdí el tiempo contigo, si lo pude hacer mejor, si te pude hacer más feliz... Pero realmente, con sólo pensar un rato en silencio, me doy cuenta de que tenía que ser así. Somos muy distintas y nos teníamos que conocer, y como pasa con los buenos vinos,supimos mejorar con el tiempo.
Te quiero



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