A veces me pregunto por qué no tuve otro tipo de
relación contigo.
Amor no faltaba,siempre te he querido,y te respeto.
Por alguna razón desde que dejé de ser niña te dejé
de sentir a mi lado. Todo empezó a molestarte,nunca creí que me entendieras o que
intentaras hacerlo. Era distinta a ti y no te gustaba,siempre creí que no
cumplía tus expectativas. Tantas veces te escuché decir que ojalá fuese un poco
menos ‘tal’ y un poco más ‘pascual’, que estuviese dentro de la media por
decirlo de alguna forma. Y sólo era el inicio de mi forma de ser.
No tiene que
ser fácil para un padre no entender lo que hace su hijo, pero peor es si el
hijo se rechaza a sí mismo. No me quiero ir por las ramas... El caso es que eso
no duele demasiado cuando eres joven, pero cuando vas creciendo te planteas si
eso te hace feliz, y yo lo tuve claro:quería un cambio.
Siempre supe que estabas
orgullosa de mí, el resto sólo eran pensamientos superficiales, pero no podíamos
comunicarnos.
Y costó, sudor y lágrimas, pero gracias al mutuo
esfuerzo lo conseguimos, todo cambió. No sé muy bien en que momento se produjo, pero
de repente sentí ganas de contarte mis cosas, de compartir contigo lo que me
iba pasando. Empezaste a saborear momentos buenos y malos,muchas situaciones
nuevas que enfrentar. Todo lo que siempre me pediste de repente se iba
dando,pero no conocíamos las herramientas, creo que no te resultó tan fácil como
pensabas. Pero seguiste ahí, tirando hacia adelante, y tu apoyo se hizo
indispensable para mí.
Ya no hubo trabas, sabía que te podía hablar de lo que
fuera, que ya conocías mi forma de decir las cosas. La complicidad iba
creciendo, y nunca ha parado. Trabajaste mucho para llegar a mí, y hoy día sigo
sintiendo que nos acercamos más y más. Ahora que estas lejos te hecho de menos,
extraño no verte danzar de un lado a otro con tu ritmo acelerado. Porque eres
pura energía,alegría.. será por eso que es ahora cuando me planteo si perdí el
tiempo contigo, si lo pude hacer mejor, si te pude hacer más feliz... Pero realmente, con
sólo pensar un rato en silencio, me doy cuenta de que tenía que ser así. Somos
muy distintas y nos teníamos que conocer, y como pasa con los buenos
vinos,supimos mejorar con el tiempo.
Te quiero