Érase una vez
una pequeña muchacha
que vagaba por el mundo
con todos sus sueños a la espalda.
Recorrió muchos lugares
recorrió grandes distancias,
muchas personas en el camino
la dejaron sus pisadas.
Marcas que no borra el viento
huellas que nunca se escapan,
recuerdos que la hacen fuerte,
debilidades que a veces estallan.
Su camino serpentea,
a ciegas tantea al alba
de cada día que se estremece
al amanecer en su mirada.
Momentos que ya viviste,
experiencias nunca contadas
hacen mella en tus raíces
que se forjan fuertes y raudas.
Todo lo vivido importa
según te rasgue el alma,
los devaneos, la incertidumbre,
tú vas abriendo las alas.
Alas que no se oscurecen,
alas que te acercan al nirvana,
mares de felicidad acaecen
para tu sonrisa elevar sin rabia.
Silencios y abismos
Hace 6 años